La eficiencia energética es una acción climática

El sector industrial es vital para lograr y mantener una sociedad sostenible. Según la IEA, el 60 % del consumo energético total del sector procede de tres áreas: productos químicos, acero y cemento. No obstante, aquí hay una gran oportunidad para garantizar que la energía solo se utilice cuando sea necesaria. Por ejemplo, si los fabricantes instalaran convertidores de frecuencia variable siempre que fuera posible, la industria podría ahorrar un 8 % del consumo energético mundial para el año 2040 (IEA, 2016).

Además, si los fabricantes instalaran intercambiadores de calor, podrían producir más utilizando menos, e incluso reutilizar la energía enviando el excedente de calor de vuelta a la red para calentar nuestros hogares.

Según la IEA, el sector del transporte sigue dependiendo de los combustibles fósiles, ya que obtiene el 90 % de su energía a partir del petróleo. Pero la electrificación del transporte no solo significa cambiar a energías renovables, sino también aumentar la eficiencia energética.

Por ejemplo, los motores de gas desperdician entre el 64 % y el 75 % de la energía a la hora de convertir la potencia en movimiento, mientras que el sistema de propulsión de un vehículo eléctrico reduce esta pérdida a entre el 15 % y el 20 % (Departamento de Energía de EE. UU., 2021). Con la maquinaria pesada y los transbordadores de pasajeros empezando a ser híbridos o totalmente eléctricos, la electrificación está ayudando a las empresas a alcanzar sus objetivos ecológicos al tiempo que reduce el coste total de propiedad.

El mundo está en camino de construir el equivalente a una ciudad de Nueva York cada mes durante los próximos 40 años, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Por cada nuevo m2 construido, se emiten gases de efecto invernadero durante la construcción, así como cuando un edificio se calienta, se enfría o se equipa con electrodomésticos y otros dispositivos.

Hoy en día, los edificios representan casi el 28 % de las emisiones mundiales relacionadas con la energía, según la IEA. Si queremos cambiar esta tendencia, cada metro cuadrado de espacio nuevo necesita funcionar con menos energía. Eso significa tomar medidas siempre que sea posible. Algunas medidas sencillas, como la modernización de los sistemas técnicos de construcción, pueden ahorrar una media del 30 % en la calefacción y la refrigeración de edificios, y si integramos los edificios a nivel físico y digital, podemos ir aún más allá.