Soluciones para propietarios de viviendas

Sí, se puede ahorrar mucho con el equilibrado hidráulico de los radiadores. El equilibrado hidráulico permite el uso óptimo del agua caliente. Con el equilibrado hidráulico no sólo se ahorran costes, sino que se da un paso más hacia un uso más inteligente de la energía y la eficiencia energética. La calefacción y la refrigeración de nuestros edificios representan el 40% del consumo de energía en la UE y son responsables del 36% de las emisiones de CO2 [Fuente: Comisión Europea]. Por lo tanto, con el equilibrado hidráulico usted también participas activamente en la reducción de las emisiones de CO2.

Aunque el equilibrado del agua debería ser un procedimiento estándar de todos modos para que el sistema funcione correctamente, ahora también se percibe como una medida de ahorro de energía. Un sistema equilibrado reduce la pérdida de calor a través de las tuberías y aumenta la eficiencia de las calderas y las bombas de calor. Tras el equilibrado hidráulico, la pérdida de calor en la calefacción doméstica suele reducirse entre un 12% y un 20%. Por esta razón, el equilibrado hidráulico es obligatorio por ley para los proyectos de nueva construcción y renovación desde marzo de 2020

El caudal de agua que pasa por cada radiador debe ajustarse individualmente. Los radiadores grandes necesitan que el agua circule más rápido que los pequeños. Para equilibrar el agua, se determina cuidadosamente el número de litros que deben pasar por un radiador por hora. 

El caudal de agua puede ajustarse en la válvula de radiador en la conexión de alimentación, que puede preajustarse, o utilizando una válvula de pie en la conexión de retorno del radiador. Se prefiere el equilibrado dinámico. Esto puede hacerse utilizando una válvula de radiador con un controlador de presión diferencial incorporado, como la válvula Danfoss RA-DV Dynamic Valve™. El equilibrado dinámico es el método de equilibrado más eficiente desde el punto de vista energético, ya que los caudales de agua establecidos se mantienen incluso con diferencias de presión variables en el sistema de calefacción central. 

Un sistema de calefacción que funcione correctamente no deja espacio para que haya habitaciones con exceso o falta de calor, lo que podría dar lugar a una disminución del confort y a unos costes de calefacción excesivos. Un sistema de calefacción equilibrado con precisión garantiza un consumo mínimo de energía y asegura que el caudal de agua en el radiador sea estable, por lo que no aparecen ruidos ni silbidos del radiador.

La forma más sencilla de identificar un sistema desequilibrado es encender todos los radiadores de la casa y medir las temperaturas de impulsión y retorno de todos ellos. Si la diferencia entre la temperatura de impulsión y la de retorno es inferior al 20% o al 25%, puede suponer que el sistema no está equilibrado. 

Por ejemplo, si se calienta el sistema a una temperatura de impulsión de 80 grados y la temperatura de retorno en varios radiadores es de 65 o más, el caudal de agua que pasa por los radiadores es demasiado alto, lo que significa que el agua calentada no podrá calentar las habitaciones adecuadamente.

Sí. Todos los radiadores deben estar equilibrados para garantizar que el sistema de calefacción central sea eficiente desde el punto de vista energético y no tenga ningún problema. La razón es que incluso un solo radiador desequilibrado puede tener un impacto significativo en el funcionamiento del sistema en su conjunto, especialmente si este radiador está situado cerca de la caldera. En la práctica, los radiadores desequilibrados tienen caudales de agua entre 4 y 5 veces superiores a los necesarios. Si un radiador no se utiliza nunca, dejarlo fuera no tendrá un efecto negativo en el proceso de equilibrado.

No, el equilibrado hidráulico requiere conocimientos especiales. Una caldera tiene una enorme potencia de al menos 22.000 vatios. Si el volumen y la velocidad de circulación del agua en el sistema son inadecuados, pueden producirse averías, acortar la vida útil e incluso aumentar el consumo de energía. 
El volumen de agua en el sistema y la velocidad de circulación deben ser suficientes para que la caldera funcione de forma continua durante al menos 10 minutos. El volumen de agua y la circulación requeridos pueden garantizarse normalmente si 2 o 3 radiadores están siempre encendidos en la sala de estar/cocina. Si esto no es posible, puede instalarse un bypass AVDO y/o un depósito de inercia, si procede.

Sí, el equilibrado hidráulico también es importante si se opta por una bomba de calor. Originalmente, el objetivo del equilibrado hidráulico era garantizar el funcionamiento sin problemas del sistema. Dados los altos precios actuales de la energía, el funcionamiento eficiente de la misma es aún más importante. De hecho, el equilibrado hidráulico es obligatorio legalmente cuando se instala una bomba de calor. La eficiencia de las bombas de calor depende en gran medida de la temperatura del agua. Cuanto más alta sea la temperatura del agua, menor será el rendimiento de la bomba de calor. Con un sistema bien equilibrado, se pueden conseguir los mismos niveles de confort, o incluso mayores, con una temperatura del agua más baja. 

Los instaladores suelen optar por cambiar las válvulas de radiador existentes por válvulas de radiador con reguladores de presión diferencial incorporados. Conocidas como válvulas de radiador dinámicas, pueden ajustarse con precisión al caudal de agua necesario. Las válvulas de radiador dinámicas mantienen automáticamente el caudal de agua ajustado y no se ven afectadas por las diferencias de presión en el sistema. Los costes de adquisición, incluida la instalación, oscilan entre los 80 y los 200 euros por radiador (según los costes medios de instalación en 2021). 

El gobierno de algunos países reconoce el equilibrado hidráulico como una medida adicional de ahorro de energía. Póngase en contacto con un instalador para obtener más información.

Sí, en algunos países el equilibrado hidráulico es obligatorio tanto para proyectos de nueva construcción como de renovación desde el 10 de marzo de 2020. Si se sustituye o mejora la caldera o la bomba de calor en una vivienda, esto cuenta como un proyecto de renovación y existe el requisito de que el sistema esté correctamente equilibrado. Cuando se sustituye un radiador, debe ser posible realizar medidas de equilibrado hidráulico y de ajuste en el nuevo radiador. Si se sustituye más del 30% de los radiadores, debe ser posible realizar el equilibrado hidráulico de todos los radiadores de la instalación. 

El agua "elige" el camino de menor resistencia, así que la pregunta es: ¿Cómo aparece la resistencia? Cuanto mayor es el caudal de agua, mayor es la resistencia y, por tanto, mayor es la pérdida de presión en las tuberías. Esta pérdida de presión aumenta a medida que aumenta la velocidad del caudal de agua. Si la pérdida de presión es demasiado elevada, sólo circulará una pequeña cantidad de agua por los radiadores más alejados de la bomba. Por el contrario, circulará demasiada agua por los radiadores más cercanos a la bomba. Cuando la cantidad de agua que fluye a través de los radiadores es demasiado alta, provoca ruidos de silbido y una pérdida de energía innecesaria. Cuando el caudal de agua es demasiado bajo, provoca que las habitaciones se calienten con lentitud o problemas con las habitaciones que no se calientan lo suficiente. 

Sí, las normas exigen que los contadores de calor sólo se utilicen en sistemas que estén correctamente equilibrados hidráulicamente. Esto es para evitar errores en la elaboración de las facturas. Además del equilibrado hidráulico, la temperatura del agua en el sistema debe controlarse automáticamente en función de la temperatura exterior medida. A medida que la temperatura exterior aumenta, la temperatura de suministro del agua en el sistema de calefacción central se reducirá automáticamente. Por lo tanto, la "curva de calor" del control dependiente del tiempo debe ajustarse con precisión para que esto ocurra. Los residentes deben poder controlar la temperatura ambiente de cada radiador mediante válvulas de radiador termostáticas. Esto permite a los residentes controlar mejor el nivel de calefacción y reducir su consumo de energía. Estas medidas evitan que el calor se escape innecesariamente de las tuberías a través de las residencias y los almacenes. Como resultado, se reducen los costes totales de energía y el consumo de calor se distribuye de forma más equitativa entre los hogares mediante contadores de calor instalados en los radiadores.