En la actualidad, la Comisión Europea propone una puesta al día de la Directiva sobre agua potable de 1998, a fin de aumentar la transparencia en el sector del agua potable. Danfoss acoge con satisfacción esta propuesta, ya que impulsará las inversiones para reducir el consumo de energía y las pérdidas de agua potable, que son dos caras de la misma moneda.
Tras 20 años de vigencia, la Comisión Europea propone actualizar la Directiva sobre agua potable para garantizar la conservación y mejora del suministro de agua potable saludable. La nueva propuesta aumentará la transparencia en el sector del agua potable y solicitará a los proveedores que informen al público sobre su uso de energía y sus pérdidas de agua. Ambos aspectos son igualmente importantes para la calidad del agua potable, a fin de limitar los riesgos de contaminación.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las pérdidas de agua en el abastecimiento público se estiman en un asombroso 24 % en la UE, que corresponde a 13 000 millones de metros cúbicos. El consumo de energía del sector del agua en la UE equivale al 3,5 % del consumo total de electricidad de la UE y suele representar entre el 30 y el 50 % del consumo de electricidad de las administraciones locales.
«El agua y la energía son demasiado valiosas para perderlas. La propuesta actual es el primer paso hacia una mayor eficiencia energética y un tratamiento sostenible del agua potable en Europa», explica Mads Warming, Director Mundial de Agua y Aguas Residuales de Danfoss. Asimismo, agrega: «Danfoss posee la tecnología necesaria para convertir el sector del agua en un sector neutro desde el punto de vista energético y, al mismo tiempo, reducir las fugas al mínimo y proteger nuestros valiosos recursos».
Un caso real de Dinamarca muestra el increíble potencial del sector hídrico europeo: desde 2010, la ciudad de Aarhus ha aplicado medidas de ahorro de energía en todo el ciclo del agua y ha optimizado la producción de energía a partir de las instalaciones de gestión de aguas residuales. En la actualidad, la ciudad ha conseguido que todo el ciclo del agua sea totalmente neutro desde el punto de vista energético y, como efecto secundario, las pérdidas de agua podrían reducirse a apenas el 6 %. Además, en 2016, el precio del agua se redujo un 9 % para los consumidores.
El Foro Económico Mundial enumera las crisis del agua, la disminución de la calidad y cantidad disponible de agua dulce, entre los cinco riesgos globales que afectarán en mayor medida a la sociedad durante la próxima década. Por lo tanto, la revisión de la Directiva debería acelerar las inversiones para una gestión más sostenible del agua potable y reducir significativamente las fugas de agua y el consumo de energía.